¿Qué es y adónde apunta la reforma agraria de Petro? | ¿Qué opinas?
La reforma agraria planteada por el presidente colombiano Gustavo Petro es objeto de incomprensiones y tergiversaciones.
Por eso, seguramente, el presidente se detuvo hace poco a explicarla en sus conceptos más elementales. Entendida la historia de Colombia como la historia del despojo de la tierra, según el presidente, la reforma agraria es el camino de vuelta. Buscar que los descendientes de los campesinos despojados puedan tener de nuevo tierras productivas, en zonas planas y con agua, cercanas a la infraestructura vial y a los centros de mercado. Se trata de un proceso largo y complejo, para cuyo adelanto se requiere de la organización del pueblo campesino. El punto 1 del acuerdo de paz entre las FARC y el estado colombiano trata de la “Reforma rural integral”, para conseguir una transformación estructural del campo, y cerrar las brechas entre el campo y la ciudad. Este punto, durante el Gobierno de Iván Duque, no tuvo el menor avance. De los 15 millones de hectáreas fértiles en manos de unas pocas familias del latifundismo improductivo, el Acuerdo planteó la restitución de apenas 3 millones. Ni eso. Hoy el campesinado cuenta con escasos dos millones de hectáreas, y no todas son fértiles. La reforma agraria no favorece sólo a los campesinos, sino a todo el país. Porque es más comida y menos hambre, y porque articula al país a la economía mundial a través de los alimentos, y no a través del carbón o de la cocaína. El Gobierno de Petro no aspira solamente a redistribuir la tierra, sino a promover la organización campesina para industrializar la producción. En cooperativas y otras formas de asociación, la idea es que los campesinos y las comunidades tengan poder, y mejoren la calidad de vida. Una propuesta que el Gobierno concreta desde ahora, en decretos que ya empiezan a expedirse.
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